La metonimia es la figura retórica por el que a una cosa se le da el nombre de otra. La parte por el todo, el continente por el contenido, el artista por la obra... pero el caso más curioso es el de la marca comercial por el producto.
Gracias a esto, marcas como tirita, aspirina, teflón, jacuzzi o termo se han transformado en palabras normales y corrientes que todos usamos.
Y, por supuesto, también ocurrió lo mismo con unos conocidos pañuelos de papel. Pero claro, poner que "Susana usó un kleenex para secarse las lágrimas que se desprendían de sus preciosos ojos" pues como que queda un poco raro. "Kleenex" no es una de esas palabras que inviten a ponerse poéticos, además de ser algo difícil de escribir.
Pero no pasa nada, porque la RAE está siempre atenta a estas cosas con sus castellanizaciones a discrección (en esta ocasión, totalmente justificada) y te ofrece "clínex". Casi, hasta me gusta más que el beicon.